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Gerardo espera, el Peronismo desespera

El 2019 está a la vuelta de la esquina, con el consiguiente ruido que siempre genera la apertura de un año electoral, en el que –paradójicamente- aún no se sabe cuándo habrá elecciones en la provincia. Todo hace indicar que el gobernador Gerardo Morales jugará con la carta del misterio a último momento, lejos de la transparencia y las reglas claras que prometió en su momento.


¿Dónde está en estos momentos el gobernador? Difícil saberlo, ya que sus apariciones son exclusivamente por Redes Sociales y su última actividad oficial data del 18 de diciembre. Seguramente, está disfrutando de un descanso junto a su flamante esposa, aunque eso no le ha impedido pronunciarse respecto a la reciente absolución de Milagro Sala y Beto Cardozo: “Vergonzoso fallo”, tuiteó, y adiós independencia de los Poderes.


Sin embargo, quienes conocen a Morales saben que la situación de Sala no lo preocupa en demasía y que de hecho varios colaboradores le han planteado la conveniencia de permitir que juegue en las próximas elecciones. Más allá de los rumores, el gobernador lee con beneplácito cada una de las encuestas que le llegan y, más allá de algunas variaciones en los números, todas le aseguran la reelección.


A propósito de las encuestas, la última que se dio a conocer generó mucho revuelo dentro del PJ. Se trata de la medición efectuada por la Consultora W. Tracking, que le asigna exorbitantes números a Morales y condena al peronismo a un tercer lugar. En la sede del Justicialismo huelen una operación, dado que se trata de una consultora radicada en Neuquén, no tiene historia en la provincia y sus números fueron difundidos en un Medio Nacional –La Politica Online-.


¿Quién encargó la medición? En el peronismo creen que no se trata del oficialismo, ya que trabajan con otras consultoras y, si bien no lo descartan, no abonan la teoría de que los contratantes vengan por el lado de la Izquierda. En otras palabras: apuntan al “fuego amigo”, a alguien del PJ.


Desde el sector de Snopek recibieron con sorna la medición y creen que se trató ni más ni menos que de una jugada más de los Moisés. Afirman que la muestra se produjo extrañamente sólo en San Salvador y San Pedro, que en uno de los dos escenarios se mide a Carolina Moisés y que la difusión se dio en un medio nacional, por lo que debería existir cercanía de quien la haya filtrado.


De cualquier manera, para el PJ hay preocupaciones más importantes que una encuesta y tienen que ver con la indisimulable división que sus dirigentes siguen exhibiendo. Al menos los más tradicionales, siguen jugando por separado: Fellner, con el Peronismo Federal a punto de lanzarse; Rivarola, con una buena convivencia con el gobierno provincial como prioridad; Snopek, dudando entre los distintos peronismos y cuándo y cómo jugar y los Moisés, haciendo la individual.


Todos ellos vieron con preocupación la reunión de horas que Adrián Mendieta y Alejandra Cejas mantuvieron con Alberto Fernández, ex jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner. Es que Fernández es hoy el principal interlocutor de CFK y vino al Norte a ordenar el tablero electoral, particularmente el de Salta y Jujuy. ¿Hubo alguna bendición?


Mientras tanto, el sector de Carlos Haquim luce algo más aliviado. Luego de soportar una segunda mitad de año difícil, en la que los rumores sobre que Morales buscaría otro tipo de alianzas para el 2019 arreciaban, el vicegobernador parece hoy número puesto para reelegir en el cargo y ya enfoca sus energías en los restantes cargos en discusión. La disputa con el sector de los Snopek –Alejandro y Carlos Daniel- no tiene vuelta atrás, por lo que la prioridad para Haquim será que los dirigentes que se le han mantenido fieles puedan tener una buena performance.


El massismo luce hoy un tanto apagado pero así ha sido históricamente la oscilante carrera del Frente Renovador en todo el territorio nacional. Alejandro Snopek no pierde la fe en Massa y aspira a renovar su diputación nacional de la mano del tigrense, quien por ahora luce cerca del llamado “peronismo de los gobernadores”. Curiosa alquimia de la política, es precisamente el espacio donde el ex gobernador Eduardo Fellner oficia de operador, intentando catapultar al salteño Juan Manuel Urtubey a la presidencia.


Así se cierra un 2018 que tuvo movimientos políticos de todo tipo, pero que arroja pocas precisiones para la disputa electoral que se avecina. Gerardo Morales sigue confiado y aguarda el momento preciso para mostrar sus cartas, que marcarán las reglas de la partida. Mientras tanto, el peronismo se sumerge en ese torbellino de alianzas, intrigas y traiciones tan propio de la política. Esperando que juegue Gerardo, por supuesto. Y desesperando.


Editorial
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