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La necesidad de reiventarse

Carlos Sadir afronta momentos críticos al poco tiempo de haber asumido como gobernador y varias son las razones que lo llevaron a esta situación, en la que los replanteos estratégicos en Gobierno están a la orden del día.


La principal tiene que ver con la Economía: una situación que en todo el país exhibe una disparada inusitada de la inflación, sumada al comienzo de una recesión  que hace difícil vislumbrar una luz al final del túnel. Jujuy no sólo no está exenta de dificultades financieras, sino que depende cuantiosamente del Gobierno Nacional para sobrevivir.


El segundo motivo es político, a partir del encono del presidente Javier Milei con la UCR en general y con Gerardo Morales en particular. La pésima relación que prima hoy en día amenaza la transferencia de fondos, casi tanto como la idea de recortes del líder libertario. No hay que olvidar que el presidente hace sus excepciones, como con el gobernador correntino Gustavo Valdés,  del radicalismo afín a Milei, que recibió millonarias transferencias.


La tercera razón tiene que ver con un desgaste de arrastre, inédito para alguien que asumió hace menos de 3 meses. Ocurre que Sadir no sólo viene siendo el Ministro de Hacienda y una de las caras visibles del mandato anterior, sino que fue electo en mayo del 2023, por lo que da la sensación de que se ocupa de las finanzas de la provincia hace mucho tiempo. Para peores, la idea de dejar varios nombres en el gabinete que están desgastados en la opinión pública no ayudó.


El cuarto motivo tiene que ver con la omnipresencia de Gerardo Morales y la idea de un doble comando, que en nada contribuye al fortalecimiento de una gestión.  Es que si bien el ex gobernador se había comprometido a no hacer apariciones públicas durante los primeros meses, el episodio de los tuits lo puso en boca de todos y reforzó la idea de que él representa al poder real en Jujuy.


¿Qué puede hacer Sadir ante este panorama? Por lo pronto, y de manera consensuada con Morales, ha optado por evitar  la confrontación con el presidente Milei: si hay agravios, pondrá la otra mejilla; si hay convocatoria al diálogo, será el primer en llegar. Las últimas encuestas encargadas por Gobierno dan cuenta de que Sadir tiene menor imagen negativa que su antecesor, por lo que la idea es reforzar este parámetro, alejándolo de los conflictos.


Mientras tanto, varios de los principales funcionarios de Sadir intentan construir algún puente con la Casa Rosada. Por ahora, sólo hubo contactos con segundas líneas que aseguran que la relación se normalizará y ponen el foco en el comportamiento de los diputados nacionales Jorge Rizzotti y Natalia Sarapura como una muestra de buena voluntad del gobierno jujeño. A Milei no le gustan las disidencias y el voto de ambos legisladores –que responden a Morales- será clave en la Cámara de Diputados.


¿Retoques en el gabinete? Están previstos para mediados de año, como una manera de relanzar la gestión y darle una impronta propia. Aunque nadie se anima a descartar que, dada la conflictividad social creciente, pueda haber cambios antes de lo pensado en alguna de las áreas más conflictivas. Por lo pronto, la prioridad para Sadir es lograr que el dictado de clases sea lo más normal posible y evitar grandes concentraciones de gremios, al menos hasta mayo, fecha del tal mencionado Pacto convocado por Milei. Y, de a poco, ir asentándose en el timón y reinventando una gestión que, pese a que no lo parezca, acaba de comenzar.





Editorial
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