Guillermito en su nebulosa

El senador nacional Guillermo Snopek no encuentra el rumbo. Los sucesos de los últimos días marcan que no sólo no define en qué bando jugar sino, lo que es peor, qué partido disputar.

Ayer fue un día con escándalo en el Congreso de la Nación: es que la senadora salteña Fiore y Snopek quisieron impedir que el ministro de Salud de la Nación, Adolfo Luis Rubinstein, expusiera en la Comisión de Salud del Senado, presidida nada menos que por Mario Fiad, quien rápidamente desestimó el pedido.

Los argumentos para la impugnación tenían que ver con la postura pública del ministro en favor de la despenalización del aborto. "Cabe advertir que es de público conocimiento que el referido ministro no sólo pretende ser orador en el trámite de la Ley, sino que se encuentra actuando activamente ante los integrantes de este Senado para influir en la toma de decisiones de sus respectivos votos", señalaron los senadores en un escrito.

La cuestión es que tanto Snopek como su par salteña fueron criticados rápidamente por todos en el Congreso: desde quienes hablaban de un atentado a la libertad de expresión, hasta los que se preguntaban qué voz más autorizada hay para opinar del tema que la del ministro de Salud de la Nación. Dada la repercusión que estaba tomando, Fiad se aseguró rápidamente de hacer trascender que el pedido de impugnación no prosperaría y que "se escucharían en el debate todas las voces".

La pregunta es por qué Guillermo Snopek eligió una estrategia tan inadecuada para cobrar trascendencia en la discusión. ¿Se trató de un desaire al jefe de Bloque del PJ, Miguel Pichetto, quien públicamente se pronunció a favor del aborto y jamás aprobaría una acción de esa índole? ¿Fue un pedido de Urtubey, con quien el senador jujeño se siente muy cercano? ¿Quiere subir el perfil de cara al 2019 o se reservará para el 2023, como alguna vez dejó trascender? Muchos interrogantes desde siempre, que se expresan en sus movimientos cotidianos.