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Una victoria clara en un escenario inestable

Con algo más del 97% de las mesas de la Provincia escrutadas, comienza el momento de un análisis más frío de los resultados que se conocieron en la noche de ayer, que dejaron una rara sensación de satisfacción en los bunker de los tres frentes políticos que compitieron.


Comencemos por el oficialismo, claro ganador de los comicios con el 47% de los votos. La fuerza que lidera el gobernador Gerardo Morales dejó en claro una vez más -por si hiciera falta- que es la primera minoría en Jujuy y lo hizo sin sumergirse en la grieta política como fue el caso de otras provincias, donde radicales y macristas competían por tener el discurso más antikirchnerista. Morales apeló desde un principio a una buena convivencia con Alberto Fernández y a buscar una proyección nacional tomando distancia de la era macrista.


Sin embargo, en el Frente Cambia Jujuy todos reconocían por lo bajo que esperaban un mayor caudal de votos, sobre todo teniendo en cuenta la escasa oferta electoral que hubo. Cuando comenzó la campaña, el propio Morales había arengado a su tropa diciendo que el objetivo era el ingreso de los 3 diputados de la lista al Congreso, algo que hoy parece muy lejos de hacerse realidad. ¿Jugó plenamente el gobernador en la campaña o descuidó su territorio inmiscuyéndose por demás en la disputa nacional?


Su ausencia en el bunker –con aparición por zoom incluída desde Buenos Aires- parece contestar a ese interrogante de manera contundente. Quienes explican el juego de Morales dan cuenta de que para él lo más importante en esta parada era una buena elección del radical Facundo Manes en la Provincia de Buenos Aires –lo que terminó ocurriendo- y que recién ahora comenzaría “la campaña de verdad”.


Con un gobierno nacional debilitado, cabe pensar que el gobernador buscará una mayor contundencia en el resultado de noviembre, que lo acerque a un manejo hegemónico de la Provincia. Los magros resultados del Frente de Todos a nivel nacional amenazan con modificar todo el juego político de cara al futuro y eso incluye a las alianzas y lealtades que se le juraron al Ejecutivo nacional.


La lista de Todos en Jujuy obtuvo un 28% que la llevó al segundo lugar y desterró los fantasmas de que el oficialismo provincial podría triplicarla. Los 100 mil votos que obtuvo Leila Chaher posibilitarían que la diputada provincial acceda al Congreso en diciembre de este año y por esa razón había conformidad en el bunker.


Sin embargo, el clima festivo que se proyectó en el peronismo pareció no sólo exagerado sino por sobre todas las cosas muy fuera de sintonía con lo que estaba ocurriendo en casi todo el país. Se trató, quizás, de una andanza más de la miopía electoral con la que la dirigencia peronista local observa lo que de verdad acontece en la sociedad.


Muy cerca del Frente de Todos, y en una elección histórica, quedó ubicado el Frente de Izquierda, que alcanzó el 23% con la suma de sus dos listas. El ganador de la contienda interna –Alejandro Vilca- lució exultante y se apresuró en redoblar la apuesta y declarar que estaban muy cerca de hacer ingresar un diputado al Congreso Nacional.


Esa misión hubiera parecido una quimera en junio de este año, cuando la Izquierda no pudo hacer piso en las elecciones provinciales y quedó fuera de la Legislatura local. Paradojas del destino, hoy cuenta con chances a nivel nacional, aunque para eso Vilca deberá no sólo conservar los más de 16 mil votos que obtuvo la lista de Betina Rivero, sino también recortarle la distancia a los otros frentes políticos.


Como puede apreciarse, un panorama muy abierto queda planteado luego del primer tiempo que significaron las PASO. Sin grandes vencedores y vencidos y con un escenario inestable, comenzará en poco tiempo a jugarse el segundo tiempo.




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