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Recta Final

  • brendaglickman
  • 2 may
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 7 may

Los frentes electorales enfrentan la última semana de una campaña que no sacó a la población de su apatía.


Previsiblemente, el electorado jujeño no se entusiasmó de cara a la contienda electoral del 11 de mayo, en la que se elegirán legisladores provinciales, concejales y vocales municipales. Según cuenta un consultor que viene realizando trabajos cuantitativos y cualitativos en la provincia, todavía es muy grande el porcentaje de gente que no sabe que hay elecciones pero además, cuando se lo indaga, manifiesta que o no conoce a los candidatos o que no sabe si votará, y mucho menos está al tanto del piso electoral.


Una campaña corta, muchos feriados en el medio y apatía generalizada parecerían favorecer a un oficialismo provincial que, como anticipó Política Jujuy, cargó desde un comienzo la campaña al hombro de la imagen del gobernador Sadir. En el radicalismo dan por descontado que saldrán primeros en la mayoría de los municipios que controlan, ya sea con candidatos puros o conversos, pero tienen pánico respecto al resultado en la Capital, donde subestimaron el desgaste de una gestión larguísima. Allí se focalizan las críticas y es donde más se ha requerido la intervención de Gobierno, ya sea con medidas anunciadas por el propio gobernador, como por resoluciones de Raúl Jorge aconsejado públicamente por Sadir.


Para La Libertad Avanza la ecuación es completamente al revés: confían en una gran performance en San Salvador de Jujuy y temen por el armado en el interior provincial. Es una fuerza nueva, cuyo amateurismo electoral se ha notado desde el principio, destacándose que ni siquiera competirá con un frente electoral sino con el Partido La Libertad Avanza. Todo se originó en el internismo libertario y ese es precisamente el principal miedo: que los dos desprendimientos pintados de violeta le resten votos. El segundo temor tiene que ver con el escaso nivel de conocimiento de los candidatos que disputarán las concejalías en los municipios y la factibilidad de realizar una buena elección -y fiscalización- allí.


La performance del Peronismo es una incógnita, primero que nada por la división que sufre el mismo, como en todas las últimas elecciones provinciales que disputó. Es un fenómeno de manual: diáspora en lo provincial, unidad hasta que duela en la disputa de los cargos legislativos nacionales. Pese a todas las discusiones que giran en torno a posturas y referencias nacionales, ningún referente se hizo ver por la campaña: ni Cristina, ni Kicillof, ni Quintela ni Schiaretti. Quien corre con el caballo del comisario es el Frente Justicialista, que cuenta no sólo con el sello del PJ sino también con las intendencias de Palpalá y Humahuaca, sumado a candidatos de renombre en otras localidades del interior. El Frente Somos Más basó hasta ahora su campaña en su presencia en Redes Sociales, donde hasta ahora es el espacio que más invirtió.


¿Y la Izquierda? ¿Puede volver a sorprender rompiendo el piso? Difícil en el actual contexto, aunque saca a la cancha a su figura más taquillera y tampoco ha escatimado recursos a la hora de potenciar la presencia en Redes. ¿Casas? Algunas encuestas le dan números para entusiasmarse, aunque no le ha sido fácil escabullirse entre los peces gordos a uno de los paladines de la pelea contra la Reforma Constitucional impulsada por Gerardo Morales. Hablando del ex gobernador, cumplió hasta ahora con los objetivos que él mismo se fijó: mucha actividad desde el celular pero cero presencia en la arena pública hasta el día de la votación. Faltan pocos días de penitencia: el 11 de mayo se acaban las especulaciones y tendremos trazado el mapa político real.




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