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Objetivo: Vicepresidente

Asegurado el triunfo en Jujuy, que incluyó porcentajes que sorprendieron incluso a muchos correligionarios de la provincia, Gerardo Morales ya no tiene ninguna atadura para concentrarse en su pelea nacional. El objetivo prioritario es obtener la candidatura a vicepresidente, secundando a Rodríguez Larreta con fórmulas cruzadas en las PASO, y tratar de que las trifulcas entre el PRO y la UCR en cada provincia no terminen rompiendo la coalición.


Para eso, el gobernador se ha propuesto potenciar sus apariciones en medios nacionales “diciendo lo que Horacio no puede decir”, según explica un colaborador del equipo de Prensa. ¿A qué se refiere? “Gerardo puede calificar la gestión de Alberto Fernández sin necesidad de recurrir a metáforas, lo mismo pasa cuando habla sobre Milei o a lo que representa La Cámpora”, amplía.


En esa línea, Morales planea amplificar su exposición mediática, procurando no evadir la confrontación y erigiéndose en una suerte de halcón dentro de la coalición con más aroma a paloma. Por supuesto, no dejará de mencionar ciertos aspectos que considera centrales de su gestión: el “cambio de la matriz productiva”, el litio, el cannabis medicinal y demás. Pero siempre mostrándolos como una consecuencia de haber implantado el orden y “haber metido presa a la corrupción”.


El contundente triunfo en Jujuy catapultó las expectativas del gobernador más de lo que se pensaba y por un motivo que pareció haberse subestimado: su victoria es casi la única prevista para Juntos por el Cambio antes del cierre de listas. La catarata de triunfos de peronistas o aliados en el resto de las provincias, terminó convirtiendo a Morales en uno de los pocos que tiene algo para mostrar.


Más allá de su inocultable vanidad, el gobernador cree que lo que se está reflejando en todo el territorio nacional es que el radicalismo tiene candidatos más competitivos que el PRO. Por eso se encarga de saludar cada performance de un contendiente de la UCR y por eso mismo sus objetivos se alinean con lo de Larreta, dispuesto a entregar todas las candidaturas siempre y cuando él sea el presidenciable.


Su principal adversario en el armado político es nada menos que Mauricio Macri, el padre de la criatura PRO que opera en las sombras y en los medios casi por igual. Morales lo provocó por demás cuando presentó a Martín Lousteau como “el que va a reemplazar a Horacio” en pleno festejo jujeño y con ambos como incómodos protagonistas del escenario. Macri ya dijo que quiere a su primo Jorge como jefe de gobierno de la Ciudad.

Como se aprecia, pocos son los conflictos que Morales esquiva en su día a día en la arena mediática. Más allá de eso, teje por lo bajo acuerdos políticos con muchos dirigentes del peronismo, entre los que se destaca el ministro de Economía, Sergio Massa. Consume encuestas todas las semanas y evalúa alternativas que van desde un candidato radical a presidente hasta anotarse como candidato a senador suplente. Pero su objetivo es unívoco: la vicepresidencia.




Editorial
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