Los que Festejan
- brendaglickman
- hace 4 minutos
- 2 Min. de lectura
El gobernador y su antecesor tienen cada uno sus razones para sentirse triunfadores en el domingo electoral.
Hubo mensajes y llamados durante la noche del festejo. Tanto Gerardo Morales como Carlos Sadir reconocieron sentirse aliviados por el resultado, se felicitaron y agradecieron mutuamente. El cacique radical ni atinó a aparecer en los festejos y el actual mandatario no tuvo problema en compartir la escena con todos los dirigentes que quisieran.
Ganó Sadir y él lo sabe. Se puso la campaña al hombro desde un comienzo, participó en todos los actos que pudo, hizo anuncios como nunca y apadrinó a Morone en cada recorrida. La imagen del gobernador supera a la de cualquier dirigente oficialista: con esa premisa Carlitos se la jugó y se llevó las marcas como nunca. Su debut real como primera guitarra fue auspicioso.
Ganó Morales y él también lo sabe. Toda la estrategia política y de campaña estuvo diseñada por él y ejecutada por su hermano Freddy y por Alberto Bernis. Las colectoras traccionaron hacia arriba, con la premisa de acumular para la Legislatura y mantener la mayoría en la Cámara, cosa que se logró. Se aseguró también la división de los principales espacios opositores, primero dinamitando la unidad peronista y luego la libertaria, con la curiosidad de dos listas pseudomileístas que absorbieron más del 4% de los votos.
La balcanización de la oferta electoral, sumado al altísimo piso de votos necesarios para hacer piso, ya jugaban de por sí para el oficialismo. Aunque la elección de dos candidatos jóvenes para encabezar la lista, como Adriano Morone y Gisel Bravo, le permitió cierto tinte refrescante que contribuyó a la causa. Sumado a la territorialidad del aparato radical en toda la provincia, acostumbrado a jugar estas partidas, fueron suficiente para ganarle la contienda al inexperto La Libertad Avanza local.
Como dato de atención se sitúa la performance de Jujuy Crece en la Capital, en donde fue directamente vapuleado por los libertarios en la categoría de concejales. Sin lugar a dudas se trató de un pase de facturas de la sociedad a la gestión de Raúl Jorge, aunque no fue tomada del mismo modo por todos. En el caso de Sadir, lo vivió con un dejo de tristeza por alguien a quien considera su amigo. En cuanto a Morales, dicen que escuchó el dato con una sonrisa irónica, dedicada a quien siempre sintió un rival interno.
