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La lucha por la supervivencia

El gobernador Gerardo Morales va de un lado al otro, hiperquinético. Su celular no deja de sonar y quienes lo conocen dicen que está tan activo como cuando aún aseguraba que la pelea era por la presidencia. ¿A qué juega el saliente mandatario?


Hay quienes lo mencionan como ministro de Bullrich; otros, con algo de malicia, dicen que sería parte del gabinete de Massa. Ni una u otra cosa mueven hoy las ambiciones de Morales tanto como el frenar que Javier Milei llegue a la presidencia.


La bronca con el libertario viene de antaño, cuando éste lo utilizó públicamente como ejemplo de la casta política y brindó detalles de los familiares que Morales tiene en el Estado. El gobernador siempre advirtió que el peligro del populismo de derecha acechaba y más de una vez salió a contestarle públicamente.


Pero esta vez la pelea es por lo bajo, en el territorio, donde Morales aún tiene influencias por ser el presidente de la UCR a nivel nacional. Más allá de reconocer que tiene amigos en el massismo y de dejar jugar a su vicegobernador Carlos Haquim en Unión por la Patria, el gobernador mantiene los pies dentro del plato de Juntos por el Cambio.


"Al menos hasta el ballotage", bromean en su círculo de confianza. Con todo, Morales tomó la cruzada contra Milei como un tema personal y en cada encuentro pide "detener a Milei". Una pelea a todo o nada o, como muchos ya reconocen, la lucha por la supervicencia.




Editorial
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