¿Campaña de vacunación? No, campaña política

El Gobierno Provincial parece decidido a avanzar con la realización de las elecciones legislativas en medio de la segunda ola de Coronavirus y con datos cada vez más alarmantes en la Provincia.

El oficialismo apostó todo a una precaria estabilidad de la situación sanitaria, desoyendo las señales de alarma de los especialistas y estancando inexplicablemente el ritmo de la campaña de vacunación. Así, en pocas semanas se llegó en Jujuy a la preocupante situación de un sostenido aumento de casos y del nivel de ocupación de las camas de terapia intensiva.

Cuando el gobernador salteño Gustavo Sáenz –otro de los mandatarios que había decidido adelantar los comicios provinciales- anunció que daba marcha atrás por la situación sanitaria y las elecciones quedaban suspendidas, muchos pensaron que la situación se replicaría en Jujuy.

Por ahora, el gobernador Gerardo Morales parece decidido a mantener como fecha el 27 de junio y cuando se le pregunta por la situación dice que “sigue bajo control”. Por lo bajo, algunos funcionarios ya transmiten sus dudas, por supuesto en estricto off the record. Para colmo, Morales realizó un rimbombante anuncio respecto a la compra de 1 millón de vacunas a China. Una promesa que encendió todas las expectativas pero de la cual no hubo más novedades.

De las vacunas que hay en territorio jujeño -258.956 según datos del Ministerio de Salud de la Nación- sólo se ha aplicado un 69% de las mismas. Ese dato sitúa a Jujuy como la provincia más retrasada del NOA: Catamarca ya aplicó el 82% de sus dosis, mientras que Tucumán hizo lo propio con el 79%, Salta con el 75% y Santiago del Estero con el 74%.

Cuando el gobernador nombró al Dr. Omar Gutiérrez como primer candidato a diputado, la estrategia parecía apuntar a que la campaña sería justamente la vacunación, en plena lucha contra el Covid. Inexplicablemente, el gobierno ostenta indicadores muy pobres en la materia y todo parece indicar que la situación sanitaria empeorará, mientras los dirigentes recorren la provincia en actos políticos en los que los protocolos brillan por su ausencia.