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Los miedos de Gerardo

El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, atraviesa días clave. Pese a que los movimientos políticos en la provincia están a la orden del día, las principales preocupaciones del mandatario no tienen que ver con lo local, sino con un ámbito que luce cada día más complicado: el nacional.


La UCR está en pie de guerra con el PRO, animándose a enfrentarlo en internas en varias provincias y coqueteando con la idea de llevar un candidato propio en las PASO para competir con el mismísimo Macri. En ese contexto belicoso, Morales aún no ha fijado fecha de las elecciones provinciales.


La incógnita pasa por saber si cumplirá con los deseos de la Casa Rosada de unificar las elecciones con las nacionales, o decidirá sumarse al bando de los radicales rebeldes y adelantar los comicios provinciales. Hasta hace unos meses, el gobernador jujeño se ufanaba de saber que ganaría en cualquier contexto, envalentonado con más de una encuesta.


Sin embargo, las últimas mediciones que encargó dieron cuenta de un deterioro enorme de la imagen del presidente: alcanzó el 60% de imagen negativa y el rubro de los que respondió que “nunca lo votaría” trepó hasta casi el 50%. ¿Cómo ganar una elección a gobernador compartiendo boleta con él? Sencillamente imposible: Morales lo sabe y no analiza otra opción que no sea adelantar los comicios.


El gobernador ya dejó trascender a funcionarios nacionales que esa es su intención, aunque trata de mantener distancia de sus correligionarios más combativos, que sueñan con unas PASO entre Lousteau y Macri. Morales repite a diestra y siniestra que su intención de desdoblar las elecciones pasa por un tema puramente local y nada tiene que ver con una estrategia del radicalismo a nivel nacional.


Su principal miedo es al enojo de la Casa Rosada y el consiguiente castigo mediante la chequera. Necesitado como nunca del gobierno nacional, el gobernador jujeño sabe que un recorte o retaceo de fondos puede poner en serio peligro las finanzas de la provincia. Allí no habría siquiera necesidad de discutir cuándo serían los comicios.


Pese a todo, Morales confía en su capacidad para hacer ver al Gobierno Nacional que adelantar los comicios es lo mejor para ambas partes. Aunque otro de sus temores es que desde Nación acepten pero le pidan compensaciones inmediatas en las listas: desde la vicegobernación hasta las diputaciones provinciales, todo estaría abierto para los PRO puros.


Momento difícil para el gobernador, que escucha todos los días a sus compañeros de la UCR plantear un nuevo desaire público al Gobierno Nacional. Hombre del Partido y ambicioso hasta las entrañas, la posibilidad de sumarse a la rebelión interna lo seduce, con todo lo que ello implicaría. Lo frena, por ahora, la peor de sus pesadillas: que una derrota de Macri signifique una vuelta al poder de Cristina Kirchner.

Editorial
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