El Chuli vs Gerardo: ¿sorpresivo o esperable?
La noticia estalló como una bomba: el abogado de Raúl “Chuli” Jorge pidió que sea citado el gobernador Gerardo Morales a declarar en el marco de la Megacausa, a fin de que explique lo que sabe en relación al presunto desvío de fondos en la construcción de viviendas.
“Simplemente hemos citado declaraciones que se han realizado en la Prensa del gobernador y de otros funcionarios porque es necesario procesalmente”, explicó Facundo Chañi, abogado del intendente capitalino. Las declaraciones aludidas no son otras que aquellas en las que Morales confesaba en 2016 “Eduardo Fellner me dijo hace cuatro años que había valijas que retiraba gente de Buenos Aires”.
Lo amenazante para Morales es que en ese momento –y aun siendo Senador Nacional- no realizó ninguna denuncia al respecto. Por eso es que nadie en Casa de Gobierno quiere que el gobernador desfile por la Justicia, más allá de que se diga que se lo cita en términos de “testigo”.
Pero, ¿qué fue lo que hizo que sea nada menos que Raúl Jorge quien aplicara esa estrategia judicial? Muy simple: el Chuli huele desde hace tiempo que le han soltado la mano y quieren colocar en su lugar al ministro de Infraestructura, Jorge Rizzotti. “Hace varios meses que la gente del Colorado nos camina el territorio sin preguntarnos”, esgrimen por lo bajo los partidarios de Jorge, al tiempo que cuentan que la estrategia es instalar la candidatura de su jefe para Diputado Nacional “para correrlo del mapa”.
Pero las internas, sobre todo entre Radicales, son una costumbre y no es algo que un experimentado como Jorge no esté acostumbrado a surfear. Sin embargo, algo que lo desestabilizó fue haber sido llamado a declaración indagatoria por el Juez Cruz, a pocos días de la detención –y posterior liberación- del ex gobernador Eduardo Fellner.
El Chuli sospecha que detrás de cada movimiento de la Justicia está la mano de Morales, y que en esa suerte de “caiga quien caiga” podría tocarle a él. En ese sentido, la jugada que implementó su abogado fue todo un mensaje para el Gobierno: “puede que yo caiga, pero la cosa no terminará conmigo”.
Hasta ahora el enfrentamiento ha tomado la forma de una “Guerra Fría”, sin ninguna declaración de esas que haga imposible volver a los contendientes sobre sus pasos. Lo que resta por verse es cómo reaccionará Gerardo Morales ante el desafío que le plantea su otrora socio político.