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¿Cómo afecta la detención de Fellner a la política provincial?

La noticia sacudió la noche de miércoles, pero promete dar mucha tela para cortar: el ex gobernador Eduardo Fellner fue detenido en el marco de la Megacausa, junto a varios ex funcionarios de su gobierno.


¿Cuál es la primera y obvia conclusión de semejante bomba? Que toda la agenda mediática estará ocupada día y noche en la situación procesal de Fellner y compañía. Son los momentos en los que aflora el morbo y la televisión se convierte en un Gran Hermano sobre la vida de una persona a la que se percibió muy arriba y hoy está caída.


En esa línea, el Gobierno suspira aliviado. Por un par de días –o semanas, con suerte meses- no se hablará de las escuelas tomadas, ni de los municipales que aún no cobran, no habrá críticas sobre el Plan de Salud ni se hablará de la inseguridad. Segunda conclusión: Calsina, Meyer y Bouhid respiran, al menos por un tiempo han salvado su cabeza.


Es curioso, pero en la provincia ya no se respiraba esa presencia omnipresente del caso Milagro Sala. La prisión domiciliaria pareció ser una solución salomónica que descomprimió el tema, y la dirigente tupaquera empezaba a perder centralidad en los medios provinciales. Los medios nacionales ya le habían quitado cobertura, más preocupados por detenciones más rimbombantes como las de Zannini, De Vido, Boudou o D´Elia.


“Llegó el momento de gobernar” decían muchos en Casa de Gobierno. Pero algo no terminó de arrancar, y el discurso de Gerardo Morales en la apertura de sesiones pareció dejarlo en claro, muy lejos de las promesas de otras épocas y apelando a la racionalidad, la paciencia y la tolerancia.


¿No llega la plata de Nación? Muchas versiones corrieron las últimas semanas al respecto, cuando desde el Gobierno dejaron trascender que a eso se debían los atrasos en el pago de haberes de los trabajadores municipales. ¿Y entonces, no hay Plan B?


Por ahora la provincia es un mar de incertidumbre. Ha habido muchos movimientos durante los últimos tiempos, que agitaron las aguas: prisión domiciliaria para Sala, aumento de la conflictividad social, declaraciones muy fuertes de Guillermo Snopek, detención de una concejal del Frente de Izquierda, interna desatada en el PJ, enfrentamiento de Haquim con sus pares Renovadores.


Ahora se le suma nada más y nada menos que la detención de Fellner, gobernador durante casi doce años. ¿Representa un oxígeno para el Gobierno, o puede terminar volviéndosele en contra?


Editorial
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